EL PRESENTE EN LA PSICOLOGÍA DEL “FLOW”
(ver artículo: Introducción a la Psicología del Flow)
El concepto de Presente no se estudia de modo específico en la psicología del flow, pero obviamente es el sustrato en el que se experimentan las experiencias óptimas o de flujo. El Presente se considera a los acontecimientos que están sucediendo y son experimentados.
Del análisis de la literatura sobre este tema se puede extraer la idea de que el presente es un flujo que involucra tanto los eventos que suceden como la experiencia interna de quien realiza la acción. Y a su vez el flujo se asocia a un estado continuo de concentración intensa que se prolonga en el tiempo (ver Introducción a la psicología positiva y del “flow”).
Otra cuestión a analizar es que, según Csikszentmihalyi, tales actividades de flujo, como el juego, el arte, los deportes, etc. tienen como función primaria ofrecer experiencias agradables. Sin embargo, más bien pareciera que lo agradable o placentero es la consecuencia (y no la causa) de poder experimentar la acción de una forma concentrada, libre de preocupaciones y expectativas egoicas.
Dice Csikszentmihalyi que el flujo es importante “tanto porque consigue que el instante presente sea más agradable como porque construye la confianza en uno mismo que nos permite desarrollar habilidades y realizar importantes contribuciones al género humano.”[1, p. 73]
En las experiencias óptimas, el instante presente aparece jalonado de una serie de elementos que están muy bien estudiados y que pasamos a comentar.
La pérdida del sentido del yo
Una de las conclusiones más relevantes a que llegan las investigaciones es el hecho de que durante las experiencias óptimas se atestigua el hecho de que el ego o conciencia personal desaparece, lo que tiene como consecuencia que parece que la acción se realiza como algo automático, tal como describe un escalador, pero esto no puede ser así porque hay plena conciencia y una destreza y eficiencia máxima en lo que se hace. Por tanto, este tipo de “automatismo” al de los pensamientos automáticos de los estados de fantasía, lo que requiere ser discutido y desarrollado.
También hay menos preocupación por el resultado de la acción, la comparación con los demás o por el control de los factores ambientales. Como resultado se genera una sensación de plenitud y felicidad.
La pérdida de la sensación de que uno es una personalidad separada del mundo que le rodea viene acompañada a veces por un sentimiento de unión con el entorno, bien sea en la montaña o formando parte de un equipo, cada cual en el tipo de actividad en la que es diestro y fluye.
Surge, sin embargo, la cuestión de que si desaparece la conciencia personal de “yo”¿de quién es la conciencia de la experiencia? ¿quién experimenta el estado de felicidad, alegría o creatividad derivado del fluir? Esto exige cambiar el paradigma respecto a la noción de sujeto o perceptor de los estados cogntivos.
La pérdida de la noción del tiempo
Según se describen la mayoría de los actores de los estudios, las actividades que se realizan en estado de flujo no dependen del tiempo de los relojes, tienen sus propios ritmos y períodos de tiempo iguales no parecen tener igual duración, como en el caso del beisbol. En general el tiempo parece transcurrir más rápido.
Csikszentmihalyi advierte que no está claro si esta dimensión del flujo sólo es un epifenómeno, es decir, un resultado adicional de la intensa concentración que demanda la actividad que se está realizando o si es algo que contribuye con derecho propio a la calidad positiva de la experiencia. “Aunque parece que perder la cuenta del reloj no es uno de los elementos principales del disfrute, la liberación de la tiranía del tiempo se añade a la euforia que sentimos mientras nos encontramos en un estado de completa involucración con lo que hacemos.”[1, p. 109] Lo que parece es que el tiempo no es una dimensión relevante en esta experiencia.
Concentración
Aunque el fenómeno “flow” se ha estudiado en el contexto mencionado en el apartado introductorio, respecto al tema del Presente que estamos tratando, tiene ciertas similitudes con la noción de Atención Plena, si bien se hace énfasis en el aspecto fluyente de la experiencia. Así pues, la concentración y la vivencia del instante presente se dilatan en el tiempo.
Mientras dura esta concentración sostenida, “la conciencia trabaja suavemente y una acción sigue ininterrumpidamente a otra acción.” En la vida normal lo más frecuente es que nos cuestionemos la necesidad de nuestras acciones, y las razones que nos llevan a realizarlas. “Pero en el flujo no hay necesidad de reflexionar, porque la acción nos lleva hacia delante como por ensalmo.” La acción es “autotélica”, es decir, se realiza por sí misma sin la distorsión de las dudas ni los cuestionamientos; podríamos decir que se da un acoplamiento perfecto entre la propia acción, su ejecución y su experiencia por parte del individuo.
Un caso particular es el de la experiencia colectiva del flujo, como en el caso que describe un adolescente japonés refiriéndose a una carrera de centenares de motoristas a toda velocidad: “Cuando corremos, al principio no estamos en completa armonía. (…) Comprendo una cosa cuando todos nuestros sentimientos consiguen sintonizarse en la mente.(…) Todos somos uno. (…) Cuando nos damos cuenta de que llegamos a ser una sola carne, es algo supremo.”[1, p. 101] Llega a existir una sincronía perfecta, lo cual no deja de ser llamativo, si se considera que son miles de mentes individuales tomando decisiones de forma aparentemente separada.
No quedan claras las r entre «flow» y proceso cognitivo asociado a la Concentración. Seguramente de estudiar profundamente uno y otro podría advertir que cualquier persona ante cualquier actividad puede en cierto grado ingresar en el estado de «flow», por lo que habría una interesante relación entre niveles posibles de «flow» y las gradaciones mismas del proceso de Concentración.
Cambios en la modalidad de cognición
El «flow» cambia la modalidad de la cognición al reestructurar los parámetros de tiempo y espacio. Cambiar los factores cognitivos produce un cambio en la cognición que lleva a la ausencia del «yo». Sin embargo, no se define con claridad la aparición de un nuevo o nuevos estados de conciencia, ni se asocia éste al nuevo nivel de atestiguación producido.
El modelo «flow» representa un tipo de actividad realizada con un alto nivel de implicación en una tarea, aun cuando el concepto «implicación» deduce identificación egoica con la acción realizada. Sin embargo, la consecuencia de dicha implicación permite sobrevenir la ausencia del «yo». Evidentemente el concepto de Presente aún no queda claramente establecido, razón por la cual la experiencia de «flow» queda parcialmente definida exclusivamente a un nivel de compromiso, interés o implicación con la acción.
RESUMEN Y CONCLUSIONES
- La psicología positiva se centra en la salud y en personas sanas.
- El estado de flujo ayuda a generar orden mental y a integrar la personalidad.
- La concentración se prolonga en el tiempo.
- Relaciona concentración y disfrute o felicidad (ausencia de patología).
- La acción tiene sentido en sí misma (autotélica).
- Desaparece la sensación de conciencia personal.
- Cambia la noción del tiempo.
- El flujo puede darse a nivel colectivo, como en el caso de la sincronización en acciones con muchas personas involucradas.
En conclusión se producen cambios cognitivos y en la apreciación del sujeto mismo que exigen un análisis más en profundidad.
Referencias
[1] Csikszentmihalyi. M. (1997). Fluir (Flow): Una psicología de la Felicidad. Barcelona: Kairós.[2] Según un estudio de Privette (1983) en López-Torres, M. R. (2007). Características y relaciones de” flow”, ansiedad y estado emocional con el rendimiento deportivo en deportistas de élite. Tesis doctoral. Universitat Autònoma de Barcelona, p. 50.