EL PRESENTE EN EL MINDFULNESS
(ver artículo: Introducción al Mindfulness)
La atención plena también puede (…) ayudarnos a recuperar el momento presente, recordarnos la importancia de morar en él, de experimentarlo con todos nuestros sentidos y de ser conscientes de lo que sucede.
Jon Kabat-Zinn
El mindfulness o atención plena es un tipo de meditación o práctica de atención que busca la experiencia de la realidad del Presente sin juicio y con aceptación. Ha demostrado tener utilidad terapéutica y en la actualidad hay varias líneas de psicoterapia que lo utilizan como herramienta en el manejo del estrés o la depresión, entre otras patologías (ver introducción al Mindfulness).
El “Presente” es un concepto fundamental en la teoría y la práctica del mindfulness y que aparece en las definiciones más habituales. T. N. Hanh, por ejemplo, definió la atención plena como “mantener la propia conciencia en contacto con la realidad presente” y Kabat-Zinn como “llevar la propia atención a las experiencias que se están experimentando en el momento presente, aceptándolas sin juzgar”[1] Todo lo que aparece ante nuestra consciencia lo hace en el ahora y se despliega en el presente.
Para Kabat-Zinn, sólo podemos vivir el presente, que es donde operan la naturaleza y la vida, es donde se da la realidad, al margen de los pensamientos. El presente es irreductible al pensamiento, ni a nada; y la atención plena es la capacidad de vivir continuamente en el presente más allá de los opuestos, de lo que nos gusta y de lo que nos disgusta. Darse cuenta de la realidad del momento presente, tal y como es, hace que uno se centre en lo que está ocurriendo con aceptación, convirtiendo la experiencia en el reconocimiento de una realidad plena.
Sin embargo, como afirma este autor, en los actos de nuestra vida cotidiana tenemos un alto grado de desconexión del cuerpo, de las percepciones, emociones y pensamientos, etc. y la causa de ello parece ser “que nos hallamos continuamente sumidos en las preocupaciones, perdidos en la mente, abstraídos en nuestros pensamientos, obsesionados por el pasado o por el futuro (…) Es precisamente por ello que acabamos desconectados del presente, el único instante al que realmente podemos acceder.”[2] Se trata, por tanto, de recuperar el presente, de experimentarlo con todos nuestros sentidos.
En esta experiencia de la atención plena se da una modificación de ciertos parámetros de la percepción, como la sensación del tiempo. En palabras de Kabat-Zinn: “Bien podríamos decir que la conciencia de esta experiencia se halla fuera del tiempo, en el presente, en el ahora eterno. (…) De este modo, la atención plena enlentece y hasta interrumpe provisionalmente la sensación del paso del tiempo”.[2]
También dice que “sólo la atención plena puede reconstruirlo (el ahora) y devolvérnoslo porque, en realidad, la atención y el presente son lo mismo.” Esta última afirmación, de que la atención y el presente son lo mismo, abre un campo de reflexión sobre las diferentes dimensiones del presente en el que conviene profundizar, pues la atención se supone que está asociada a un ámbito cognitivo, mientras que al presente se le trata desde una perspectiva puramente temporal, lo que supone una cierta contradicción.
Siguiendo sobre todo a Kabat-Zinn, el “presente” se considera como el momento actual, equivalente al “ahora” (categoría temporal), pero, paradójicamente, para ser aprehendido se requiere un tipo especial de atención (plena) propia del ámbito cognitivo. Además, considera también al presente como el ambiente en el que se da la realidad de lo que existe, por lo que tiene una dimensión podríamos decir existencial.
Esto desvela una naturaleza compleja y multidimensional del presente (temporal, cognitiva y de realidad), que requiere un análisis más en profundidad.
También es importante aclarar la cuestión de cuáles son los eventos a los que hay que atender, pues en el “ahora” están ocurriendo infinitos sucesos sobre los que potencialmente se puede depositar la atención. Esta relación entre los eventos y la atención es muy importante, sobre todo en el ambiente de la terapia.
En cuanto al método meditativo, por ejemplo en el proceso de atender la respiración, no se hace una distinción clara entre los eventos del mundo externo, que involucran la participación de los sentidos, y la atención sobre el sujeto que los percibe de forma consciente. Sería importante discriminar dónde se sitúa la frontera entre ambos “mundos”, el mundo interno del sujeto y los objetos ideales y el mundo externo captado de forma sensorial. Esto abriría la posibilidad de poder explicar las experiencias en el presente en las que no existe un protagonista del acto cognitivo que controle el proceso.
Referencias
[1] Pérez, M. A., & Botella, L. (2006). Conciencia plena (mindfulness) y psicoterapia: concepto, evaluación y aplicaciones clínicas. Revista de psicoterapia, 66(67), 77-120.[2] Kabat-Zinn, J. (2010). La práctica de la atención plena. Ed. Kairós. Las frases entrecomilladas corresponden a citas literales. Los paréntesis son nuestros.