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  1. La Concentración desde el Advaita

La Concentración es un entorno cognitivo que permite experimentar la realidad del mundo bajo cánones diferentes. La Concentración da paso a la razón y al sentir sin que ofrezcan identificación egoica.

Es frecuente la experiencia de dar inicio a la lectura de un libro y distraerse por su peso, la textura de sus páginas y la cantidad de hojas que faltan para finalizarlo. En los primeros momentos de la lectura suelen agolparse varios sentidos diversificando la atención en múltiples direcciones.

Pasados unos momentos suele aparecer la Concentración. La Atención tamiza la percepción y restringe la información irrelevante, de manera que desaparecen el peso del libro, el calor de la habitación o el ruido externo. La Atención entonces se afianza en el libro haciendo de la lectura un proceso más eficiente.

El proceso que lleva de la percepción inicial diversificada a la posterior en forma de Concentración podría secuenciarse del siguiente modo:

  1. Escogimos una actividad cualquiera, en este caso la lectura de un libro, situación generalmente impulsada por un mecanismo mental volitivo.
  2. Interesados en realizar la lectura, creamos el ambiente adecuado: silla, luminosidad, etc.
  3. Se da inicio a la lectura con cierto interés, curiosidad o necesidad.
  4. Internado en la lectura, cesa todo proceso volitivo; la Atención discurre sin esfuerzo, iluminando las actividades cognitivas necesarias para producir comprensión.
  5. La información mental y sensorial se restringe a la relevante para producir la lectura. La mente tamiza y filtra la información personal y del entorno para que el estado se mantenga.
  6. Hay plena consciencia de la lectura, pero desaparece la consciencia del lector, como agente activo del saber.
  7. Se establece la Concentración y, con ello, el aprendizaje se hace más eficiente.
  8. Nace lo que en el advaita se denomina, el entorno Presente y la Atención Eficiente, como bases de la Concentración.

Caracterización del Estado de Concentración según Sesha:

  • Concentración y cognición
    • La Concentración es un entorno cognitivo más Eficiente.
    • Filtra y tamiza la cognición de manera natural a la aparición de eventos relevantes, indispensables y necesarios.
  • Concentración, acción y “yo”
    • La Concentración es favorable a establecerse asociado a cualquier tipo de acción.
    • Desconecta el proceso volitivo en la mente, y con ello favorece la realización de la acción sin la intervención del “yo”.
    • Es imposible trasladar la personalidad (del sujeto sintiente-pensante) a la Concentración, como tampoco es posible trasladarla al Estado Onírico. La personalidad, tal como la estudia la psicología, es un entorno que solamente opera en la Vigilia sintiente-pensante.
  • Lo terapéutico de la Concentración
    • En el estado de Concentración la acción se realiza por la acción misma y no por sus resultados, impidiendo la aparición de la tensión psicológica que conlleva las expectativas.
    • Debido a la ausencia de estrés, favorece la estabilidad del sistema nervioso, razón que hace del estado un entorno terapéutico.
  • La Concentración como experiencia universal
    • La Concentración enaltece el comportamiento humano, pues ofrece respuestas comportamentales y cognitivas carentes de egoísmo.
    • Aunque normalmente se expresa como una actividad puntual, puede llegar a producirse de manera continua.
    • La Concentración, si permanece constante en variados ambientes presenciales, cataliza el nacimiento de la No-dualidad.
    • La Concentración es un entorno cognitivo universal, pues cualquier persona lo experimenta bajo los parámetros descritos previamente.
  1.  

  1. La Concentración en algunas corrientes de la Psicología

FLOW: La Concentración es una de las cualidades del estado de Flow, habiendo una asociación clara entre ambas. En los casos investigados se detecta una relación entre la Concentración en la acción y la destreza o habilidad de quien la realiza, pues se pierde el control volitivo, y aumenta la eficiencia en la ejecución de la acción.

El estado de Flow es una experiencia universal que no depende del tipo de acción (deportistas, músicos, artistas…). La Concentración que se experimenta se puede dar hablando, cocinando o realizando cualquier tipo de actividad dependiendo de la habilidad de la persona.

Al fluir no se piensa en lo que se hace, simplemente se hace asertivamente y sin estar pendiente de nada más. La Concentración es tan intensa que no se puede prestar atención a las preocupaciones o a cosas irrelevantes asociadas a la actividad que se está realizando. Se constata que sólo una gama de información muy selecta puede entrar en la consciencia.

En el Estado de Flow es que se pierde el sentido del yo. Implica acompañar a la acción sin esfuerzo psicológico, aunque la acción demande trabajo físico o concentración mental.

Hay efectos positivos o terapéuticos de la experiencia Flow que se manifiestan al menos en dos aspectos:

  1. La integración de la propia personalidad y con otras personas y con el mundo en general.
  2. La sensación de dicha y bienestar.

Estos hechos empíricos llevan a una paradoja, pues se observa que aumenta el sentido de integración interior a la vez que se pierde el sentido del “yo”, de lo cual se deduce que para que haya integración psicológica consciente no es necesario sentirse separado o diferente de la acción que se realiza ni del entorno en el que se está inmerso.

Un aspecto interesante es que se reconoce cuándo se ha salido del Flujo, pero es imposible darse cuenta conscientemente de que se está en él. Es decir, que la concentración es un estado con otras “leyes” cognitivas, aún por explorar, pero reconocibles como diferentes a las que operan en el estado cognitivo “normal”. En general, la experiencia de flujo va acompañada de una sensación de felicidad y bienestar.

 

TRANSPERSONAL: Respecto a la Concentración dentro de la Psicología Transpersonal, Maslow plantea el siguiente comentario:

“Tanto las experiencias cumbre como las fases de inspiración creativa tienen en común una absorción plena en el Presente; las personas que las experimentan pierden la noción del pasado y el futuro concentrándose totalmente en el momento, absortas, fascinadas con el asunto entre manos, con la situación actual. Se experimenta un “perderse en el presente”, un autoolvido concentradas totalmente en el asunto que las ocupa.” [1]

1.- Las experiencias cumbre y la creatividad guardan una íntima y estrecha relación con la Concentración.

2.- Otra asociación interesante -según el autor-, es como la Concentración sirve de trampolín para sumergirse en el Presente, en el aquí y ahora de la situación que esté aconteciendo.

3.- Sumergirse o Concentrarse en el Presente conlleva, según Maslow, renunciar parcialmente al pasado y al futuro (aunque se pueda acceder a ellos si se necesita). En este caso, al no existir interferencias en el ahora, la Concentración permite una mayor eficacia en la tarea realizada:  mirar un cuadro, escuchar a un paciente etc.

4.- “Perderse en el Presente”,” fascinación por el asunto entre manos”,” autoolvido”, etc. Esto remite a una especie de trascendencia del sujeto que habitualmente está presente en la percepción, una pérdida del sí mismo, del ego. La Concentración en este último punto, actúa como aglutinante para fusionarse con el sujeto observado, permitiendo experimentar unidad entre ambos.

Otro aporte o conexión de la Concentración dentro del ámbito transpersonal, podemos establecerlo con las técnicas y prácticas de meditación que forman parte de esta corriente psicológica. 

Más allá de las diferencias existentes entre ellas, casi todas tienen en común la Concentración como elemento imprescindible:

  • Concentrar la atención en el cuerpo o en algún objeto (la llama de una vela, un paisaje etc.)
  • Concentrarse en imágenes internas (luces, colores, deidades, etc).
  • Concentrarse en la propia respiración.
  • Concentrar la mente en un solo pensamiento (mantra, etc.)

      [1] Maslow Abraham H. “La personalidad creadora. Ed. Kairós. Pág. 88 . Décima edición: Septiembre 2011.

GESTALT: En el ámbito de la Terapia Gestalt, la importancia de la Concentración cobra tal relevancia que incluso en sus inicios fue denominada “terapia de Concentración”, imponiéndose frente a la técnica de la asociación libre del psicoanálisis. 

“La técnica de concentración (el darse cuenta focalizado), nos da una herramienta de terapia en profundidad más que en extensión: concentrándose en cada síntoma, en cada área del darse cuenta, el paciente aprende muchas cosas de sí mismo y de su neurosis”. [2]

El abordaje terapéutico gestáltico en unión con la Concentración, cuenta claramente con dos vertientes interdependientes, aunque a primera vista parezcan diferentes.

– Concentración como herramienta racional

– Concentración como herramienta emocional.  

Concentración racional o intelectiva [3]

Concentrarnos racionalmente sobre un síntoma produce la objetivación del mismo, y con ello un alejamiento o una cierta distancia:

1)  Darse cuenta en este caso implica la desidentificación parcial o total con el problema entre manos.

2)  Con la desidentificación podemos acceder a recursos y herramientas que no percibíamos, ya que, la propia cercanía nos lo impedía.

3)    La autoexploración del síntoma (localización, temperatura, textura, etc), al haberlo podido objetivar, facilita que la comprensión y el darse cuenta fluyan nuevamente.

4)    Todo lo anterior, permite procesar e integrar la información que, al estar estancada, actuaba como un tóxico cognitivo. 

Concentración emocional [3]

Una persona emocional no puede o le es dificultoso abstraerse, no es propio de su naturaleza sensitiva, y por lo tanto la Concentración ha de operar diferente que en el caso de las personas más intelectivas o racionales:

1)  En el universo emocional, la Concentración surge a través de la “entrega” al síntoma que se está presentando, es decir, a vivirlo totalmente, permitiendo poder sentirlo en toda su intensidad y habitarlo.

2)   La entrega es un acto de amor que convierte a ese mecanismo de integración en un proceso de comprensión emocional.

3) La comprensión emocional deviene en clarificar la razón y la realidad del sufrimiento.

4)  Curiosamente, cuando la entrega acontece, surge un desalojo transitorio del “yo” responsable o catalizador del propio síntoma.

5)  Esta ausencia transitoria del “yo” favorece que, de forma natural y espontánea, surjan comprensiones emocionales liberadoras del dolor y del sufrimiento.

Cuando surge la comprensión y el darse cuenta, tanto en lo racional como en lo emocional, la persona es capaz de transformar “el hábito-síntoma” en “habilidad-salud”. 

       [2] Peñarrubia F. Terapia Gestalt. La vía del vacío fértil. Pág. 96. Alianza editorial.

       [3] Apuntes provenientes de la experiencia acopiada en los seminarios prácticos de Nela Moreno en la Escola Gestalt de Catalunya.

HUMANISTA: La Psicología humanista se nutre-entre otras corrientes-   tanto de la Terapia Gestalt como de una parte de la Psicología Transpersonal, compartiendo a autores tan relevantes como Abraham Maslow, el cual sirvió de puente entre ambas. En sus pilares y su filosofía resulta bastante evidente   la influencia y la profunda huella de ambas y, por tanto, gran parte de lo desarrollado anteriormente tanto en Gestalt como en Transpersonal también es de plena aplicación a la misma. 

La Psicología humanista se caracteriza y define por enfocar y concentrar su   interés en la percepción de la persona como individuo único: considera que cada ser humano tiene un potencial y unas habilidades innatas tendentes al desarrollo y a alcanzar su máxima excelencia. Concentra también su atención en la búsqueda del significado y propósito de la vida sirviéndose para ello de la responsabilidad personal.

Concentrarse más en todas las potencialidades de la persona, en lo que ya está bien y no tanto   en las disfunciones mentales permite que emerja una mayor autoaceptación, junto con una obtención de recursos para poder enfrentar los desafíos y dificultades que la vida cotidiana conlleva.

Se asocia con un entorno existencial que potencia que pueda acontecer un encuentro auténtico entre un ser humano y la experiencia que tiene del mundo:

  1. Es la forma más auténtica de conocer al otro:
    1. Nos permite sintonizar, escuchar y empatizar.
    2. Extingue los juicios de valor y otras interferencias psicológicas.
    3. Crea un clima de confianza y dignidad.
  2. Produce la información “más fresca”:
    1. Permite captar y unir los pequeños detalles bajo una significación común.
    2. Permite responder instantáneamente y sin filtro a lo que sucede.
  3. Actualiza el potencial personal:
    1. Descubre nuestra creatividad.
    2. Permite que establezcamos roles de aceptación y compromiso.

 

MINDFULNESS: La práctica de la Atención Plena tiene mucho que ver con la Concentración, pues uno de sus objetivos es la Concentración en la tarea o acción que se está realizando en el momento Presente. Hay, por tanto, una asociación entre Atención, Concentración y Presente.

Otro aspecto de la Concentración se suele tratar en el contexto de la meditación. Se suele practicar la técnica de la atención concentrada o Focus attention, en la que la mente, cultivada de este modo, tiene la capacidad instantánea de conocer y reconocer lo que aparece, sea lo que sea, y discernir de inmediato su verdadera naturaleza. Esta práctica genera estabilidad mental e inhibe el estado de mente errante.

Dice Kabath-Zinn que quienes han desarrollado una mayor atención y concentración irradian naturalmente una sensación de presencia hasta el punto de que, en ocasiones, pueden parecer levemente iluminadas desde el interior.

 

COGNITIVO-CONDUCTUAL: Para la psicología cognitiva, la Concentración es un estado de centramiento en el que la atención queda dirigida exclusivamente hacia un tópico o punto. Es la extensión de un proceso racional o de su conclusión. No se plantea la ausencia de “yo” sino más bien una proyección estable de la propia voluntad y de la personalidad.

Dentro del entorno terapéutico, su importancia es vital ya que el paciente/cliente necesita estar Concentrado para analizar y repasar aquellas cuestiones que le plantee el psicólogo.

  1. Permite darnos cuenta de nuestros propios pensamientos:
    • Poder cuestionarlos y someterlos a los juicios de verdad.
    • Mirar al mundo escogiendo qué filtros perceptivos poner.
  2. Sucede en base a la atención selectiva:
    • Según en qué te fijes o te concentres, eso es lo que conoces.
    • Está supeditada a la voluntad y al esfuerzo.

La Concentración no es concebida como un estado cognitivo en sí mismo, sino como un punto de equilibrio psicológico en el que una cuestión puede ser atendida e intelectualizada a voluntad.

  1. Permite que escojamos metas vitales:
    • Ajustarlas a nuestra vida y a nuestras posibilidades.
    • Que sean realistas.
  2. Es la base de la gestión del estrés y la ansiedad:
    • Gracias a prestar atención a la respiración, la fisiología se reorganiza y descondiciona sus respuestas.

PSICOANÁLISIS:

  1. El psicoanálisis es preeminentemente dualista, dado que sólo concibe la posibilidad de relaciones objetales, y como tal la Concentración es la cima del desarrollo psicológico al cual puede aspirar el ser humano.
  2. En lo que respecta a la eficiencia de las relaciones objetales “normales”, se destaca la intervención del Súper-Yo como instancia que regula las mismas. En este sentido la Concentración se define como la capacidad de dirigir la atención a un solo objeto o como el acto de abstraerse de todo estímulo parásito que la altere.
  3. En coincidencia con el Advaîta, el psicoanálisis también asigna un carácter irrelevante a todo aquello que no hace parte esencial de la actividad que se está realizando. Así mismo, concibe un mayor rango de eficiencia cuando estos elementos distractores disminuyen.
  4. En cuanto a los contrastes, el psicoanálisis hace hincapié en la cuantificación de la energía psíquica depositada en las relaciones objetales, la cual posibilita el acto de la Concentración. No plantea el aumento o la disminución del sentido protagónico durante la ejecución de la acción. Deja entrever que el ego no puede desaparecer, ya que sin el Yo y el Superyó la acción no podría tener lugar. Sostiene también entre líneas, la presunción de que el actor sigue teniendo en mente un resultado deseablemente alcanzable (gestionado por el Superyó), el cual le da sentido a su acción.

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