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El Yo es una entidad que se reconstruye a cada instante

El concepto del “yo” es fundamental, ya que se refiere a la percepción y comprensión que una persona tiene tanto de sí misma, como individuo único y consciente, como del mundo que la rodea. Su comprensión es compleja y multifacética y ha sido objeto de investigación y reflexión en la psicología y en la filosofía desde sus orígenes.

El “yo” en la Psicología

En psicología, el concepto de “yo” está asociado también con el de “ego” y el de “self”. Algunas de las principales concepciones del “yo”, sobre cómo se forma y cómo se entiende, tienen que ver con diferentes concepciones y enfoques teóricos que se exponen a continuación:

  • El yo como entidad o identidad personal

Esta concepción del “yo” se basa en la idea de que hay una entidad coherente y estable, como núcleo central, que define la identidad de una persona. Aunque la personalidad se desarrolla a través de la interacción con un entorno social y cultural cambiante, nos vemos a nosotros mismos como seres con una identidad continua a lo largo del tiempo.

  • El yo como proceso

Esta visión pone el énfasis en que el “yo” no es una entidad fija sino que se ve como un proceso dinámico y cambiante en constante evolución y desarrollo a través de interacciones sociales, experiencias y contextos.

  • El yo como representación mental (autoconcepto)

Esta concepción se refiere a la imagen y las creencias que una persona tiene sobre sí misma. El autoconcepto es una representación mental de las características, habilidades, roles y atributos que una persona considera propios.

  • El yo como Sí mismo social

Esta concepción destaca que el “yo” se forma en gran medida como una representación social, a través de la interacción con otros y la internalización de las normas, las expectativas culturales y valores sociales. Las personas desarrollan una imagen de sí mismas basada en cómo creen que son percibidas y valoradas por los demás.

  • El yo como autoconciencia

La autoconciencia se refiere a la capacidad de ser consciente de nuestros propios pensamientos, emociones y comportamientos. Nos permite reflexionar sobre nuestra propia experiencia y comprendernos a nosotros mismos desde una perspectiva más objetiva. En un sentido más profundo nos hace conscientes de nuestra existencia como seres individuales.

  • El yo narrativo o autobiográfico

Esta concepción del “yo” se basa en la idea de que las personas construyen su identidad a través de narrativas personales. Las personas cuentan historias sobre sí mismas, su pasado, sus logros y sus experiencias, lo que les ayuda a dar sentido y coherencia a su identidad.

El “yo” en la Filosofía

La concepción del “yo” en filosofía es una cuestión central y ha sido objeto de reflexión y debate a lo largo de la historia. La pregunta sobre la naturaleza del “yo” se relaciona con la identidad, la conciencia y la existencia individual. A continuación, se presentan algunas de las principales concepciones del “yo” en filosofía, que tienen que ver con diferentes escuelas o corrientes filosóficas:

  • El “yo” como sujeto pensante (Dualismo cartesiano)

La concepción del “yo” propuesta por Descartes es una de las más influyentes en la filosofía moderna. El dualismo cartesiano afirmaba que el “yo” es una entidad pensante y consciente (res extensa), cuya existencia puede ser demostrada a través del famoso aforismo “pienso, luego existo” (cogito, ergo sum). Según esta perspectiva, el “yo” es una entidad inmaterial, distinta del cuerpo (res extensa) y puede existir independientemente de él.

  • El “yo” como materia (Monismo materialista)

Al contrario que el dualismo, las perspectivas reduccionistas materialistas sostienen que el “yo” es una entidad material y que todo el individuo humano, incluyendo la mente y la conciencia, puede explicarse en términos de procesos físicos y biológicos.

  • El “yo” como responsabilidad personal (Existencialismo):

Los filósofos existencialistas, como Sartre, abordan el “yo” desde una perspectiva de la existencia individual y la libertad. Plantean que el “yo” se construye a través de las elecciones y decisiones que tomamos, y que somos responsables de definir nuestra propia identidad y sentido de la vida.

  • El “yo” como flujo de conciencia (Fenomenología):

Algunos fenomenólogos, como Edmund Husserl y Maurice Merleau-Ponty y antes William James, han abordado el “yo” como un flujo de experiencias y percepciones en constante cambio. Desde esta perspectiva, el “yo” no sería una entidad fija, sino una corriente de conciencia en continua transformación.

  • El “yo” como producto social (Posmodernismo)

Desde una perspectiva posmoderna, se ha cuestionado la idea tradicional del “yo” como una entidad fija y autónoma. Se sostiene que el “yo” es en gran medida una construcción social y cultural, moldeado por las relaciones y estructuras sociales.

  • El “yo” como ilusión (Filosofía oriental)

En la filosofía budista y en la Advaita, se cuestiona la realidad del “yo” como una entidad permanente y autónoma, substancial e inmutable. La doctrina budista del “anatta” (no-yo) sostiene que el “yo” es una construcción ilusoria cambiante creada por la mente, y la creencia de su existencia como un yo separado es la causa del sufrimiento humano. El Advaita aporta un enfoque cognitivo y afirma que una correcta cognición lleva a estados de consciencia en los que siempre hay un perceptor, pero no un “yo” desarraigado del Presente.

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