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Los estados mentales se modifican, la Conciencia no.

Estados de Consciencia y Estados perceptivos

Desde la perspectiva del Advaita, la Consciencia establece cinco posibles niveles o formas cognitivas que operan con sus propios cánones, estableciendo cinco cauces independientes de realidad; estos son: Sueño, Vigilia sintiente y pensante, Concentración, Concentración No-Dual y Meditación No-Dual.

Desde la perspectiva de la Psicología, generalizando y muy a grandes rasgos, se reconocen fundamentalmente dos estados de consciencia o dos formas cognitivas: el Sueño y la Vigilia. De esta categorización, la Psicología Transpersonal es probablemente la corriente psicológica que se aleja más ya que amplía considerablemente estas dos formas perceptivas.

La Vigilia se considera como el estado habitual donde los seres humanos pueden recibir y comprender la información proveniente del entorno y de ellos mismos, permitiendo responder y actuar adecuadamente a estas señales.

El Sueño es un estado dinámico, sujeto a una actividad cerebral considerable donde se desarrollan funciones distintas a las de la vigilia ya que, el protocolo que opera en ambas es completamente diferente. Es esencial para la salud global del ser humano, y muchas veces, cuando se producen alteraciones del mismo, repercute en que ésta se resienta o deteriore.

Sueño o Estado onírico

ADVAITA: El Testigo que Atiende se desdobla en perceptor y percibido

TRANSPERSONAL, GESTALT, HUMANISTA

Estas tres corrientes psicológicas tienen en común que los sueños, en muchas ocasiones, son considerados mensajes del inconsciente o incluso, mensajes que la divinidad nos envía como información fundamental para aplicar en algún tema importante en nuestra vida cotidiana. En Terapia Gestalt, los sueños también son considerados como partes alienadas de la personalidad que se nos presentan a modo de proyecciones: es interesante dentro del proceso terapéutico poder representar y encarnar a alguno de los objetos (personas incluidas) soñados, para que, de ese modo, el mensaje-hasta ese momento inconsciente- que tengan para nosotros pueda emerger, y el soñante pueda apropiarse de ello ampliando su autoconcepto.

Carl Jung, focalizaba su atención en la interpretación simbólica de las imágenes soñadas considerando que existía una comunicación genuina entre el consciente y el inconsciente.

Por tanto, los sueños son vistos como unas herramientas muy eficaces para el crecimiento y la transformación personal y espiritual del ser humano.

Coinciden totalmente con el sistema Advaita en cuanto a que el Testigo o sujeto perceptor se desdobla en perceptor y percibido.

COGNITIVO CONDUCTUAL

Para los cognitivistas, el sueño es considerado como “un proceso producido por un único sistema cognitivo que opera en las diferentes fases del sueño, tanto en la fase REM como la NO REM (fases del sueño con movimientos oculares rápidos o no)”[1]. El sueño es, por tanto, una especie de laboratorio cargado de simbolismo, donde poder elaborar y reorganizar toda la información almacenada en la memoria durante la vigilia. Se parte de la base que el sistema para organizar el lenguaje es el mismo que opera para organizar los sueños. En la práctica clínica, el énfasis recae en que la narrativa personal del soñante pueda tener un sentido vinculante entre los pensamientos, las emociones que se hayan sentido y las acciones que puedan llevarse a cabo.  También, soñar es una forma de acercamiento gradual y con una cierta distancia a las “zonas temidas”, tanto a nivel intrapersonal como interpersonal. 

El objetivo fundamental que parece buscarse durante el proceso terapéutico en combinación con los sueños, es promover un cambio comportamental que pueda conllevar la disminución o supresión total de la sintomatología. 

Coincide totalmente con el sistema Advaita en cuanto a que el testigo o sujeto perceptor se desdobla en perceptor y percibido.

[1] Arévalo López, A., & Aristizábal Losada, H. (2021). El uso de los sueños en psicoterapia: una perspectiva clásica. Rev. Poliantea, Vol. 16. No. 28. Año 2021.

PSICOANALISIS: Desde la perspectiva del psicoanálisis sólo son concebibles dos formas cognitivas: el sueño y la vigilia. 

Considera al sueño como una producción psíquica caracterizada esencialmente por el ciframiento de un deseo inconsciente. De este modo el sueño se constituye, a través del análisis e interpretación basados en las asociaciones del soñante, en una vía privilegiada de acceso al Inconsciente.

Vigilia sintiente y pensante

ADVAITA: El Testigo que Atiende se experimenta diferente de lo conocido

TRANSPERSONAL, GESTALT, HUMANISTA, COGNITIVO CONDUCTUAL

La Vigilia es concebida dentro del campo de la Psicología como uno de los dos estados de consciencia por excelencia: Sueño y Vigilia parecen formar parte de un entramado fundamental para el bienestar y la salud de los seres humanos. Ambos deben permanecer en equilibrio ya que conviven interconectados: si la actividad producida durante la vigilia es muy importante, no lo es menos que ésta vaya acompañada de un sueño reparador.

La Vigilia es el estado de consciencia donde los seres vivos existen estando despiertos y, en el caso de las personas, conscientes (en mayor o menor medida) del mundo que les rodea y también de ellas mismas. Este estado tiene su propio protocolo de expresión, sirviéndose para ello de las percepciones, sensaciones, emociones, pensamientos, deseos, instintos, el lenguaje etc, que le permiten dar una respuesta apropiada a todos estos estímulos.

Se caracteriza también por una cierta alerta al medio circundante junto con una percepción que genera awareness y aprendizaje, permitiendo poder interactuar y procesar la información. Estas características permiten que el estado en sí mismo juegue un papel fundamental en la cognición y en la resolución de problemas en la vida cotidiana.

Este estado que podríamos definir como “normal” y óptimo en cuanto a grado de salud y funcionalidad social en los seres humanos, puede verse alterado por un cierto grado de enfermedad ya sea ésta de origen físico o psicológico, de carácter transitorio o permanente.

Como ejemplo podemos citar la fiebre, estados de coma, vegetativos, intoxicación por drogas, traumas cerebrales, delirios, el sonambulismo, la obnubilación, la confusión mental y toda una extensa gama de psicopatologías ampliamente recogidas y categorizadas dentro del paradigma psicológico.

A este respecto, Charles Tart menciona también los estados de transición entre el sueño y la vigilia presentándolos como estados alterados de conciencia, a los que todos los seres humanos pueden tener acceso. A la vigilia habitual este autor la denominó estado de consciencia discreto: “modo arbitrario de elaborar la información, de tomar selectivamente alguna de ella y rechazar otras en función de necesidades y de un sistema de valores”. Afirma también que no existe un nivel de consciencia “normal” y que, terminamos olvidando, que la percepción habitual es sólo un modo de organización de la información percibida, considerando que es el modo natural de hacerlo. [1]   

Este estado coincide totalmente con el sistema Advaita en cuanto a que el testigo que atiende se experimenta diferente de lo conocido. 

[1] Puente, Í. (2014). Complejidad y Psicología Transpersonal: caos, autoorganización y experiencias cumbre en psicoterapia. Universitat Autònoma de Barcelona, p. 236.

PSICOANALISIS

El psicoanálisis aborda la vigilia en términos de un espectro psicopatológico, alejando a la Psicología de las previas descripciones eclesiásticas y políticas de las enfermedades mentales, a través de su desmitificación e introducción a “la vida cotidiana” (siendo justamente la “Psicopatología de la Vida Cotidiana”, de 1901, uno de los libros de cabecera de esta escuela).

Dentro de dicho espectro incluye:

  • del lado de la funcionalidad social, a los múltiples tipos de “neurosis”, los cuales serían comparables a lo que denominamos vulgarmente “normalidad” o “estado psicológico promedio” del ser humano.
  • en una zona intermedia, a los estados límites de la personalidad o perversiones, en las que persiste en el sujeto un consenso con la “realidad socialmente consensuada”, pero con profundas diferencias de interpretación o valoración en torno a la misma.
  • y por último, en el extremo de la disfuncionalidad, encontramos el conjunto de las psicopatologías en donde ya no hay casi consenso en la “realidad percibida”, debido a distorsiones sintomáticas tales como las alucinaciones.

Esta descripción de la vigilia dejó abiertas muchas preguntas respecto a las coincidencias o distinciones pertinentes entre la vigilia dual y funcional, y los estados más disociados de la mente, que siguen teniendo grandes baches teóricos y clínicos en la Psicología en general.

Concentración

ADVAITA: El Testigo que atiende desaparece en el Campo de Cognición, o los objetos de cognición desaparecen en el Campo de Cognición.

FLOW: Es propio de las experiencias óptimas o de flujo perder la sensación de conciencia personal o yo. No se habla de testigo, pero se reconoce que la acción se realiza sin un sentido egoico, como si se realizase por sí misma.

Es interesante la apreciación de que, en la experiencia de flujo, la pérdida de autoconciencia no involucra una pérdida de personalidad ni una pérdida de consciencia, sino que tan sólo es una pérdida de la consciencia de la personalidad. Se puede decir que la atención intensa a lo que está sucediendo o se está realizando inhibe la necesidad de representar lo experimentado con base en lo aprendido, al pasado, pero no por ello se pierde la conciencia en sí misma, que es independiente de la personalidad propia, ni la información de la historia personal, que quedaría en un trasfondo irrelevante para ese instante.

Esta pérdida de autoconciencia puede llevar a la transcendencia, que es un sentimiento fruto de la conciencia de que se han sobrepasado los límites de nuestro yo.

TRANSPERSONAL: Tanto las experiencias cumbre como las fases de inspiración creativas citadas ampliamente en la literatura transpersonal, están caracterizadas por una absorción plena en el Presente.

Durante el transcurso de las mismas, las personas que las experimentan pierden la noción del pasado y del futuro concentrándose totalmente en el momento, absortas, fascinadas por el asunto entre manos, con la situación actual. Surgen sensaciones de “perderse en el Presente”, un autoolvido de sí mismas al estar concentradas totalmente en el asunto que las ocupa”.[2] Todo lo anterior nos remite a una especie de trascendencia del sujeto que habitualmente está presente en la percepción, una pérdida transitoria del sí mismo, del ego.

Parece coincidir bastante con la primera parte de la afirmación Advaita que expone: “el Testigo que atiende desaparece en el campo de cognición”.

[2] Maslow Abraham H. “La personalidad creadora. Ed. Kairós. Pág. 88. Décima edición. Septiembre 2011.

GESTALT: En el ámbito de la Terapia Gestalt, la importancia de la Concentración cobra tal relevancia que incluso en sus inicios fue denominada “Terapia de Concentración”, imponiéndose frente a la técnica de la asociación libre del psicoanálisis.

La técnica de concentración gestáltica, llamada también “darse cuenta focalizado”, nos remite a una herramienta terapéutica cuya mirada focaliza profundizar en el síntoma, concentrarse en el mismo facilitando con ello que el darse cuenta y el aprendizaje incidan en un mayor autoconocimiento 

El abordaje terapéutico en unión con la Concentración cuenta con dos vertientes interdependientes entre si: concentración racional y concentración intelectiva.

La Concentración no es concebida desde el entorno gestáltico como un estado cognitivo en sí mismo.

En ningún momento se plantea que con la Concentración el Testigo o los objetos de cognición desaparezcan del campo de cognición.  

HUMANISTA: La Psicología Humanista se caracteriza y define por enfocar y concentrar su interés en la percepción de la persona como individuo único: considera que cada ser humano tiene un potencial y unas habilidades innatas tendentes al desarrollo y a alcanzar su máxima excelencia. Concentra también su atención en la búsqueda del significado y propósito de la vida sirviéndose para ello de la responsabilidad personal.

Concentrarse más en lo que ya está bien en el ser humano, en sus potencialidades más que en las disfunciones mentales, permite a la persona una mayor autoaceptación y una obtención de recursos para poder enfrentar los desafíos y dificultades que la vida cotidiana conlleva.

La Concentración no es concebida desde el entorno humanista como un estado cognitivo en sí mismo.

En ningún momento plantea que con la Concentración el Testigo o los objetos de cognición desaparezcan del campo.

MINDFULNESS: En estados de profunda atención, por ejemplo, al sonido, “la conciencia está en todas partes, tanto dentro como fuera del cuerpo, porque ahí ya no existe ningún tipo de frontera. Sólo hay sonido, sólo hay escucha, sólo hay conciencia silenciosa dentro de un inmenso universo sonoro, sólo esto, nada más que esto” … Y aunque aparezcan pensamientos no interfieren con la escucha ni la distorsionan. Es un estado de concentración en lo que está sucediendo.

COGNITIVO- CONDUCTUAL: Para la psicología cognitiva, la Concentración es un estado de centramiento en el que la atención queda dirigida exclusivamente hacia un tópico o punto. No se plantea la ausencia de “yo” sino más bien una proyección estable de la propia voluntad y de la personalidad.

Dentro del entorno terapéutico, su importancia es vital ya que el paciente/cliente necesita estar Concentrado para analizar y repasar aquellas cuestiones que le plantee el psicólogo.

La Concentración no es concebida como un estado cognitivo en sí mismo, sino como un punto de equilibrio psicológico en el que una cuestión puede ser atendida e intelectualizada a voluntad.

En ningún momento se plantea que con la Concentración el Testigo o los objetos de cognición desaparezcan del campo de cognición. Si esto ocurriera, probablemente sería tratado como una disociación formando entonces parte de un estado psicopatológico. Esta premisa, prácticamente podría aplicarse a la gran mayoría de corrientes psicológicas con excepción, probablemente, de la Psicología Transpersonal.

PSICOANALISIS: El psicoanálisis sólo concibe la desaparición del Testigo cognitivo individual en los estados psicopatológicos más disociados, por lo que, si bien ensalza el cultivo de la concentración a través del estudio y la cultura (como oposición a la “barbarie”), en este sentido encontramos contradicciones varias con el análisis propuesto por el Advaita.

Concentración No-dual

ADVAITA: El Testigo que Atiende se diluye en todo el Campo de Cognición

FLOW: En la literatura sobre el Flow no se reconoce la No-dualidad como un estado cognitivo, entendida como simultaneidad sujeto-objeto.

TRANSPERSONAL: Si bien no está categorizado como un estado de consciencia en sí mismo ni descrito como no dual, la Psicología Transpersonal categoriza y define pormenorizadamente estados de desidentificación del yo egoico (pensante y/o sintiente). En ellos, la Conciencia se diferencia por completo de la mente y del “yo” ordinario a la vez que emerge una percepción transtemporal en el que se transcienden las barreras del tiempo y del espacio. Son acompañados de sentimientos de bienaventuranza y compasión.   

GESTALT: En el terreno gestáltico no se reconoce la No-dualidad como un estado cognitivo.

MINDFULNESS: En la práctica de la atención plena, dice Kabat-Zinn, que la capacidad de “descansar” en una conciencia no dual, en una conciencia despojada de sujeto y de objeto (en la que no hay “yo” que “habite” nada), aumenta en la medida en que aprendemos a prestar una atención más completa.

HUMANISTA:  Esta corriente psicológica no reconoce la no dualidad como un estado cognitivo.

COGNITIVO- CONDUCTUAL:  La no dualidad no es reconocida en esta corriente psicológica como un estado de consciencia y por lo tanto no es estudiada.

PSICOANALISIS: Este Estado de Consciencia no es estudiado por el psicoanálisis.

Meditación No-dual

ADVAITA: El Testigo que Atiende se diluye en el Campo y en el Complemento del Campo.

FLOW: En la literatura sobre el Flow no se habla de no dualidad como un estado cognitivo, entendida como simultaneidad sujeto-objeto.

TRANSPERSONAL:  Si bien no está categorizado como un estado de consciencia en sí mismo, la Psicología Transpersonal define pormenorizadamente estados de percepción conducentes a la Unidad. Según Wilber, están ubicados en la cima del desarrollo (Conciencia Divina), y los describe como “morada final y suprema de Ishvara”. Emergen sentimientos de bienaventuranza, de éxtasis perfecto y de Conciencia ilimitada. 

Algunos autores, sitúan estos estados dentro de los reinos de la No Dualidad, como objetivo de la sabiduría final.

GESTALT: En el terreno gestáltico no se reconoce la No Dualidad como un estado cognitivo.

MINDFULNESS: La meditación en el mindfulness se considera un tipo de práctica, no un estado de conciencia, aunque a veces se cita la no dualidad como un estado en el que no predomina sujeto u objeto, pero en un sentido diferente al que se refiere el Advaita de Sesha.

HUMANISTA:  Esta corriente psicológica no reconoce la No Dualidad como un estado cognitivo.

COGNITIVO-CONDUCTUAL: Esta corriente psicológica no reconoce la No Dualidad como un estado cognitivo.

PSICOANALISIS: Este estado de Consciencia no es estudiado por el psicoanálisis.

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